La Ley – Mi ley
Proclaman el silencio de mi ley
Ya nada me ilumina
Se cierran las ventanas por mi ley
Y aunque siempre haya que persistir
Me es difícil resistir
Sirenas que ensordecen
Los niños se resignan
La noche fría cala por mi ley
Y aunque intente pretender no ver
Lamentado estoy aquí
Horas y horas
Sin poder gritar
Más me cuesta
Por más que trato
Más me cuesta
Más que trato
Más me cuesta hoy
Dejaron los vestigios de mi ley
Y ahora sólo espero construir
La confianza que perdí
Horas y horas
Sin poder gritar
Por más que trato
Más me cuesta
Por más que trato
Más que trato
Más me cuesta
Más me cuesta
Por más que trato
Más me cuesta
Más que trato
Más me cuesta hoy
La primera máquina de karaoke la introdujo el cantante Daisuke Inoue, pero el éxito fue un poco por casualidad, ya que la gente asistente a sus conciertos insistía en poder cantar junto a él, gracias al experimento interactivo tan novedoso. Cuando el cantante vió el gran potencial del invento, lo patentó en un primer modelo consistente en una máquina a la que había que echar una moneda para que funcionase
En América y Europa se hicieron bastante conocidos este tipo de actividades, sobre todo en los bares, cuyo público era mayormente joven. Principalmente, el corazón del canto al vacío son las máquinas de karaoke, las que constan de una pantalla, mecanismo de supresión de voz, lector de DVD’s, además del sistema de sonido. Al principio, las máquinas tenían un lector de cintas, pero luego se cambió a las clásicas cintas de DVD’s. Se han llegado a abrir lugares especiales en los que sólo se puede hacer karaoke, además de comer y beber. Sin embargo, hay otros lugares que no están dedicados completamente a prestar el servicio del karaoke, pero establecen algunos días de la semana para ofrecerlo. Hoy en día, las máquinas son mucho más modernas, con pantallas de alta definición y de gran tamaño, al igual que un sonido potente. De igual forma, existen concursos a nivel mundial de esto e, incluso, han llegado a ser televisados.